Nos acaban de notificar que ganamos una (pequeña) beca del Ministerio de Cultura de Colombia para salvaguardar archivos audiovisuales de excombatientes. Se trata de un nuevo programa de becas dentro del Ministerio, que permite a los excombatientes salvaguardar adecuadamente cualquier material sobre las FARC que puedan poseer; fotos, vídeos, documentos, cartas, manuales, informes militares, etc.
Nosotros tenemos varios discos duros con todo tipo de información de las FARC-EP desde 1964, muchos videos de combates, y los diferentes procesos de paz que se dieron con el Estado. La vida cotidiana en la selva, material educativo, y miles de fotos de combatientes-enfermeras, combatientes-dentistas, combatientes enamorados, combatientes con animales, etc.
Todos sabemos que la historia la escriben los vencedores, la potencia hegemónica. Sobre las FARC se ha dicho mucho. Probablemente mucho es verdad, y probablemente mucho es basura. La mayoría de las películas o series sobre las FARC muestran el montón de prejuicios e ideas extrañas que la gente tiene sobre las FARC y la guerrilla en general. Recuerdo que hace unos años intentaba ver la serie holandesa “Eileen” entre lágrimas y risas porque la forma en que retrataba la selva y la vida cotidiana en la guerrilla era desternillante. Lo mismo ocurrió con la película “María”, y más recientemente con “Monos”.
Pero no sólo películas o noticias. Escribiendo la tesis para mi maestría sobre el imaginario del enemigo en las FARC, encontré bastantes trabajos “académicos” sobre diferentes aspectos de las FARC con ideas preconcebidas, fuertes opiniones negativas e incluso información históricamente inexacta, especialmente de trabajos escritos durante la política de seguridad democrática del ex presidente Álvaro Uribe Vélez.
¿Qué sabe la gente sobre las normas de convivencia dentro de las FARC? ¿Sobre las horas culturales? ¿Sobre el cuidado del medio ambiente? ¿Sobre la alimentación? La gente suele confundirse cuando digo que recibía atención dental gratuita cada seis meses en la selva. No se lo creen cuando les hablo de las obras de teatro que organizábamos todos los domingos (cuando no había situaciones militares, claro está). La gente conoce a las víctimas de las FARC, sabe de secuestros, minas antipersona y drogas. El reclutamiento de niños. Pero sólo conocen una parte de la historia: la de los vencedores.
El canal de YouTube “Manuel Paz” con 1500 videos del proceso de paz en La Habana, comunicados diarios, informes de noticias, canciones, paneles de discusión, entre otros, fue eliminado por YouTube a pesar de varias cartas en las que explicamos la importancia del canal (aparte de su contenido absolutamente no violento). Los sitios web de las Farc en español, inglés, alemán, italiano y portugués, creados durante el proceso de paz, ya no existen. Cuando se busca información sobre el proceso de paz de 2012, sólo se consigue información del gobierno Santos, de su Alto Comisionado para la Paz, de la Agencia para la Reincorporación y Normalización o de ONG’s. Si esa es la información del proceso de PAZ, no más imagínate qué ha pasado con los datos históricos de las FARC cuando estábamos en armas.
Por eso es importante tener una fuente de primera mano, material histórico que le sirva a la academia y a los medios de comunicación como insumos para la investigación. La beca del Ministerio de Cultura no es suficiente para hacer una clasificación total y publicar el material en Internet, que es lo que quisiéramos hacer en el futuro, pero sí para comprar unos discos duros, copiar y guardar la información y hacer un comienzo con su clasificación. En aras de la reconciliación y la consolidación de la paz, no podemos borrar la memoria y la historia de la experiencia de miles de personas sólo porque el poder hegemónico quiera que sea ignorada.